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Provea mucha atención amorosa y contacto físico. No hay nada como consentir demasiado a un bebé, así que no se contenga a la hora de mostrar afecto. Así que no hay necesidad de contenerse a la hora de mostrar afecto.
Responda a su bebé con una voz amorosa cuando este haga algún sonido o movimiento.
Sostenga a su bebé bien cerca, sonría y haga sonidos tontos o ponga caras graciosas. Juegue juegos como “Peek-a-boo”. Pare por un momento si el bebé luce abrumado o desvía su atención hacia otra parte.
Consuele a su bebé cuando se ponga quisquilloso o llore. Puede que esté cansado, tenga hambre o simplemente no esté cómodo. Trate de mecerlo o cantarle una canción de cuna. Tomará un poco de tiempo aprender qué es lo que mejor funciona para calmarlo.
Establezca una hora fija y forma de conducir actividades diarias, como: comer, bañarse, leer y dormir. Las rutinas ayudan a los bebés y a los niños más pequeños a sentirse seguros y saber qué pueden esperar. Esto también ayuda a los adultos a manejar situaciones de presión o estrés.
Abrace a su niño para que se sienta seguro y amado.
Apoye y aliente cuando su niño trate de hacer algo nuevo.
Pídale a su niño un poco de ayuda en tareas diarias, como separar la ropa a la hora de lavar.
Ayude a su niño a describir cómo se siente. Déjele saber que todos los sentimientos son aceptados, y que usted estará disponible para apoyar cuando se sienta contento o triste.
Ofrezca alternativas como qué ropa vestir o qué comer, pero sólo un número de opciones limitadas. Por ejemplo: “Es hora de la merienda. ¿Quieres comer una manzana o uvas?”.
Focalícese en reglas relacionadas con seguridad, como por ejemplo, no golpear a otras personas. Diga “no” cuando quiera que su niño no haga algo, y luego distráigalo con otra actividad. Utilice las mismas reglas consistentemente hasta que su niño aprenda. Tómelo con calma.
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Hable con su bebé desde el momento del nacimiento durante actividades como cambiar pañales, cuando lo alimenta o lo baña. Describa lo que está haciendo.
Sonría y mire directo a los ojos de su bebé. Pronuncie con fuerza los sonidos de algunas palabras.
Hable sobre las cosas que su bebé mira o toca. Observe qué maneras de hablar o cantar despiertan mayor interés en el bebé.
Cuando su bebé haga un sonido, muestre interés y emoción con su rostro y voz. Responda con palabras. Vea por cuánto tiempo puede mantener la “conversación” hacia atrás y adelante entre ustedes dos.
Las canciones favoritas de su bebé pueden ser aquellas que repiten ciertas palabras o que tengan sonidos rítmicos.
Señale ciertos objetos y diga en voz alta lo que son — especialmente aquellos que despierta el interés de su bebé.
Hable sobre las cosas que ven y hacen juntos todos los días. ¡Muchas cosas son nuevas y muy interesantes para los niños pequeños!
Apunte hacia los objetos sobre los que está hablando. Pídale a su niño que señale los objetos que está mencionando.
Demuestre a su niño que está interesado en lo que está diciendo. Responda a sus comentarios y preguntas. Ofrezca más detalles sobre lo que su niño dice. Por ejemplo, si señala hacia un perro y dice “perro”, usted puede responder “sí, es un perrito. Es marrón y muy suave”.
Estimule el pensamiento en su niño. Haga preguntas que comiencen con “¿Quién?”, “¿Qué” o “¿Por qué?”. Por ejemplo, “¿Por qué crees que ese niño está triste?”. Muestre interés en su respuesta.
Hable en el idioma en el que usted se sienta más cómodo. Todos los idiomas ayudan al desarrollo de su niño. ¡Es extraordinario si su niño crece aprendiendo varios idiomas!
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Toque la barriga de su bebé o ponga sus manitas juntas para seguir el ritmo de una canción. O proceda a mecerlo mientras canta una canción de cuna.
Por ejemplo, cuente y juegue con los dedos de sus pies. O cuente mientras salta con delicadeza en su regazo.
Ayude a su bebé a explorar cosas que son similares y diferentes. Déjelo jugar con objetos que hacen sonidos variados. Ofrézcale distintas telas para que las toquen. Hable con él sobre las diferencias.
Por ejemplo, utilice un vaso para llenar de agua la bañera. Utilice palabras como “adentro”, “afuera”, “lleno” y “vacío”.
Su niño podría estar interesado en qué cosas son “grandes” o “pequeñas”. Usted también puede hablar con él sobre si quiere “más” o “menos”.
Señale diferentes formas y descríbalas para su niño. “Mira, esa ventana es un cuadrado, tiene cuatro lados”. Observe si el niño puede encontrar y nombrar diferentes formas a su alrededor.
Haga un juego de agrupar y organizar diferentes objetos en varios grupos. Acomódelos por color, forma o tamaño. Por ejemplo, encuentre todos los objetos verdes que pueda a su alrededor, y luego organícelos de más grande a más pequeño.
Encuentre maneras seguras para que su niño participe mientras usted está en la cocina, como contar o ayudar a medir ciertos ingredientes.
Estimule a su niño para que apile bloques u otros objetos como vasos plásticos. Hable con él sobre lo que están haciendo.
Señale diferentes objetos mientras los cuenta, y diga en voz alta cuántos hay. Divídalos en dos grupos y cuente separadamente la cantidad en cada conjunto. Luego reagrupe de nuevo utilizando diferentes criterios.
Pida a su niño que repita el mismo ritmo y que baile con usted.
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Los bebés deben dormir de espalda, pero durante el día, cuanto estén despiertos, asegúrese de que pasen un poco de tiempo “boca abajo”.
Cuando esté vistiendo a su bebé o cambiando el pañal, mueva con delicadeza sus brazos y piernas. Hable o cante mientras lo hace.
Preste atención a lo que su bebé mira o trata de tocar. Si es posible, acerque el objeto para que él pueda explorarlo, Describa cómo luce y cómo se siente.
Tenga a mano objetos de diferentes colores, formas y texturas. Utilice objetos que sean seguros y de uso diario. ¡No necesita juguetes costosos para tener la atención de su bebé!
Oculte su cara con sus manos y luego ábralas para mostrarle una gran sonrisa. También puede ocultar objetos debajo de una toalla o cobija.
Permita que su bebé explore a su alrededor y toque, de vueltas y gatee. Solamente asegúrese de que esté seguro.
Pare cuando su niño muestre interés en algo y hable con él sobre eso. Si es algo seguro que se pueda tocar, déjelo tocarlo y que descubra por sí mismo cómo se siente.
Haga un sonido especial o diga algo cuando la pelota vaya en la dirección del niño.
Coloque obstáculos en el suelo como cobijas, almohadas y cajas. Vea si su hijo puede pasar “por abajo”, “por encima”, “por un lado” o “a través” de ellos.
Su niño pasará un buen rato haciendo garabatos con un crayón o tiza. También pueden experimentar creando formas doblando o cortando papel.
Por ejemplo, coloque algunos objetos en una bolsa y pídale a su niño que adivine qué hay adentro sin tener que mirar. Ellos pueden tocar, oler o agitar la bolsa o caja.
Los niños comienzan de inmediato a imitar actividades de los adultos, como poner una muñeca a dormir o una visita al médico. Siga lo que hace y juegue.
Si su niño se está concentrando en algo, apártese y deje que él se dé cuenta cómo resolver la situación por sí mismo. Si no avanza, entonces dele suficiente ayuda para que continúe y no se sienta frustrado.
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Su bebé no va a entender por un tiempo, pero eso está bien. Él va a escuchar su voz, ver las fotos o dibujos y desarrollar sentimientos positivos sobre los libros.
Los libros grandes con portadas y páginas gruesas son especiales para los bebés. Escoja libros que sean cortos y que tengan fotos o dibujos simples, grandes y brillantes.
Sostenga a su bebé en su regazo para que se sienta cómodo y pueda ver las fotos o dibujos del libro.
Ellos pueden querer sostener el libro, pasar las páginas o tocar las fotos o dibujos. Puede que incluso quieran masticar una esquina del libro. ¡Todo es parte del proceso de aprendizaje!
No es tan importante leer todas las palabras o incluso ninguna de ellas. Señale las fotos o dibujos y describa los colores, formas y lo que los personajes están haciendo
Cuando comiencen a perder interés, intente otro libro o simplemente pare. Cortos períodos de lectura funcionan mejor.
Trate de leer un rato juntos todos los días. Antes de ir a dormir es la mejor hora, pero escoja un momento del día que funcione mejor para su familia.
Antes de abrir el libro, vea con detenimiento la portada. Lea el título, Miren la foto o dibujo. Pregunte a su niño que piense sobre qué se trata la historia.
Use distintos tonos de voz para diferentes personajes del libro.
Señale las palabras y las fotos o dibujos. Hable sobre los colores, las formas y lo que los personajes están haciendo.
“¿Qué crees que va a pasar luego? o “¿Por qué la niña está feliz?” Responda a los comentarios y preguntas de su niño. Muestre que está interesado en lo que dice.
Puede que su hijo quiera pasar la página antes de terminar de leer; si no puede estar sentado todo este tiempo, eso está bien.
Los niños aprenden a través de la repetición; por lo cual, es normal que quieran que les lean el mismo libro una y otra vez. Vea cuán orgullosos se sienten cuando conocen toda la historia. Pero también lea con ellos otros libros, porque nuevos libros ofrecen nuevas cosas que ver y aprender.
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